LA CURIOSIDAD MATO AL GAto ©
Este proyecto intenta provocar y evidenciar la curiosidad del ser humano como mecanismo vivencial, en el que una serie de cajas funcionan como detonador y registro de este comportamiento.
Cada caja está diseñada para funcionar por cuenta propia: en cada una se establecen tres niveles en los que se formaliza la curiosidad: en el exterior, en el deseo de conocer su contenido, y en el objeto dentro de estas. Asi mismo, en cada pieza existen dos momentos claves que me interesan: el primer contacto con el espectador(es), y el momento en que es abierta.
La intención es que cada pieza se “entrega” sin terminar, sino en proceso, y es el espectador, el receptor final de la caja, el único que puede y sabe cómo concluye la pieza.
Terminar cada caja puede convertirse en una curiosidad mórbida, una obligación, fijada con el entusiasmo y el miedo.
La curiosidad mata al gato, decía una antigua frase que se refería al cuidado, a su excesiva cautela. Reconoce a los gatos como muy cautos y cuidadosos, y advertía que preocuparse es malo y puede llevar a la tumba; por lo tanto, esta serie tiene que ver no sólo con la curiosidad del espectador, sino con el morbo y el miedo a lo desconocido.
Caja No.1 - Galería Rullan
Caja No.2 - STC Metro Zócalo Línea 2
Caja No.3 - Biblioteca Central C.U.
Caja No.4 - Parque Nacional de las Fuentes Brotantes
Caja No.5 - Catedral Metropolitana
Caja No.6 - Inmediaciones del Museo Tamayo
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